Instituto de

Gustoterapia

Tema 14. Acidez gástrica y ansiedad

El agobio y las características psicológicas vinculadas a la ansiedad pueden intensificar los síntomas del reflujo gástrico. De hecho, esta relación ansiedad y el reflujo gástrico estal que puede generar un ciclo preocupante de molestias tanto mentales como físicas. Por ello, es importante comprender la interconexión entre ambos para mitigar la acidez provocada por la interacción entre el citado reflujo y la ansiedad.

La ansiedad es una respuesta natural al estrés, caracterizada por sensaciones de inquietud, nerviosismo o preocupación. Situaciones cotidianas como exámenes médicos, decisiones significativas o entrevistas laborales pueden desencadenarla. La ansiedad prolongada es más intensa e interrumpe la vida diaria. Incluye condiciones como el trastorno de ansiedad generalizada, fobias, ataques de pánico y ansiedad social, siendo más probable la aparición de síntomas físicos en estos casos.

14.1. ¿Qué entendemos por reflujo gástrico?

El esfínter esofágico inferior (EEI) es un anillo muscular en el esófago. Se relaja al tragar, permitiendo el paso de comida al estómago, y posteriormente se cierra para retener el ácido estomacal. A veces, el EEI no cierra adecuadamente, permitiendo que el ácido regrese al esófago, lo que conocemos como reflujo gástrico. El malestar por la irritación del ácido se llama acidez.

 

14.2. La relación entre el reflujo y la ansiedad

La relación entre el reflujo y la ansiedad puede ser compleja. Ambos pueden exacerbarse mutuamente. El agobio, junto con características de ansiedad, puede intensificar los síntomas del reflujo, y viceversa.

Síntomas:

La acidez es el síntoma más identificable del reflujo gástrico. No obstante, no todos con ansiedad la experimentan. Aquellos con condiciones como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) son más propensos.

La hiperventilación, un síntoma típico de ansiedad, puede simular el dolor de la acidez. Las personas ansiosas también pueden experimentar dolor torácico debido a la tensión muscular. Un sabor amargo o ácido puede ayudar a distinguir entre reflujo y síntomas de ansiedad.

La tensión muscular puede aumentar la presión abdominal, comprometiendo el cierre del EEI y provocando reflujo. Además, la ansiedad intensifica la percepción del dolor, aunque no necesariamente la exposición al ácido.

Aquellos con problemas crónicos de reflujo son más propensos a experimentar acidez en momentos de ansiedad. Además, el agobio puede incrementar la producción de ácido estomacal, provocando más síntomas si hay reflujo.

Cambios digestivos: el agobio puede ralentizar la digestión, llevando a más presión y acidez en el estómago.

Comportamientos dietéticos y de vida: quienes tienen ansiedad a veces adoptan hábitos alimenticios y de vida menos saludables como mecanismo de consuelo, lo que puede desencadenar acidez.

Medicación psiquiátrica: ciertos medicamentos pueden relajar el EEI, favoreciendo el reflujo.

14.3. Relación entre ansiedad y prostaglandinas

la ansiedad puede reducir estas sustancias, afectando la protección del estómago y aumentando la acidez.
Las prostaglandinas desempeñan un papel vital en la protección del revestimiento del estómago. Estas sustancias químicas actúan incrementando la producción de moco en el estómago, que sirve como una barrera defensiva contra el potencial daño de los ácidos estomacales. Además, las prostaglandinas promueven la producción de bicarbonato, que neutraliza el ácido, y también regulan el flujo sanguíneo en el estómago, asegurando un proceso de reparación eficiente del tejido.

La ansiedad, en tanto, puede tener un efecto negativo sobre la producción de prostaglandinas. Al experimentar episodios de ansiedad, se generan ciertas respuestas en el cuerpo que pueden conducir a una disminución en la producción de estas sustancias químicas esenciales. Con menos prostaglandinas, el estómago es más susceptible al daño por su propio ácido, lo que resulta en una mayor acidez y en potenciales complicaciones como úlceras gástricas o gastritis.

Entender esta conexión ayuda a implementar estrategias efectivas de manejo y tratamiento. Si alguien sufre de ansiedad y presenta síntomas relacionados con la acidez estomacal, es recomendable buscar orientación médica. Además de tratar la ansiedad, es posible que se necesiten intervenciones para proteger el revestimiento del estómago, reforzando su barrera natural y neutralizando el exceso de ácido.

14.4. Efecto en bucle

Efecto en bucle: los síntomas del reflujo pueden incrementar la ansiedad, creando un ciclo de refuerzo mutuo.

14.5. El esfínter esofágico inferior

El reflujo ácido, caracterizado por la regurgitación del contenido estomacal hacia el esófago, provoca síntomas como ardor, dolor en el pecho y, en ocasiones, tos o sensación de un nudo en la garganta. Estas manifestaciones pueden ser bastante incómodas y, en personas propensas, desencadenar o intensificar episodios de ansiedad. La preocupación constante sobre cuándo aparecerá el próximo episodio de reflujo, o la perturbación que causa en la vida diaria, puede generar un estado de alerta y estrés continuo.

Por otro lado, la ansiedad en sí misma puede afectar la función del esfínter esofágico inferior, el músculo que actúa como barrera entre el estómago y el esófago. Un estado ansioso puede provocar que este esfínter se relaje de forma inadecuada, permitiendo así el paso del ácido estomacal al esófago. Además, el estrés y la ansiedad pueden aumentar la producción de ácido en el estómago, intensificando los síntomas del reflujo.

Dada esta relación bidireccional, es esencial abordar tanto el reflujo ácido como la ansiedad de manera conjunta. Romper este ciclo de refuerzo mutuo implica no solo tratar los síntomas físicos del reflujo, sino también emplear técnicas de manejo del estrés y, si es necesario, buscar apoyo psicológico. Al entender la interconexión entre estos dos problemas, se puede diseñar un plan de tratamiento más completo y efectivo.

14.6. Cómo abordar el reflujo y la ansiedad

Los síntomas de ambos pueden reforzarse mutuamente. Adoptar cambios en el estilo de vida y dieta son esenciales para prevenir el reflujo. Se recomienda evitar factores desencadenantes, comer con calma, no hacerlo en exceso, no comer justo antes de dormir y elevar la cabecera al dormir. Si se tiene ansiedad crónica, es vital buscar ayuda médica.

Tratamientos para el reflujo y la ansiedad:

Desde una perspectiva naturopática, la conexión entre el cuerpo y la mente es esencial para lograr el bienestar. Para tratar la ansiedad y la acidez gástrica con enfoques naturales, considera las siguientes recomendaciones:

Infusiones relajantes:

Manzanilla: Esta hierba es conocida por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias. Puede ayudar a reducir la ansiedad y aliviar los síntomas del reflujo ácido.
Tila o tilo: Con propiedades sedantes, es útil para reducir el nerviosismo y mejorar el sueño. Raíz de valeriana: Es una planta con reconocidas propiedades ansiolíticas. Se puede tomar en forma de cápsulas, tintura o infusión antes de dormir para promover el sueño y reducir la ansiedad.

Jengibre: Con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, el jengibre puede ayudar a reducir la inflamación en el tracto gastrointestinal y combatir la acidez. Puede tomarse en forma de infusión o añadirse fresco en ensaladas y jugos.

Aloe vera: Consumir jugo de aloe vera puede ayudar a aliviar la irritación en el esófago causada por el reflujo ácido debido a sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes.

Práctica de yoga y meditación: La conexión mente-cuerpo se potencia con la práctica regular de yoga y meditación. Estas prácticas ayudan a reducir el estrés y promover la relajación, lo que puede disminuir los episodios de ansiedad y, por ende, la acidez asociada.

Alimentación alcalina: Optar por una dieta más alcalina puede ayudar a neutralizar el exceso de acidez en el estómago. Consumir más frutas, verduras y granos enteros y reducir alimentos ácidos como carnes rojas, productos lácteos y azúcares refinados.

Aceites esenciales: Algunos aceites, como el de lavanda, pueden ser beneficiosos para reducir la ansiedad. Se pueden usar en difusores para aromaterapia o aplicar tópicamente (siempre diluidos) para obtener sus beneficios calmantes.

Es importante recordar que, aunque estos remedios naturales pueden ser efectivos, siempre es aconsejable consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tratamiento. Además, lo que funciona para una persona podría no ser igual de efectivo para

otra, ya que cada cuerpo es único. La naturopatía se basa en el principio de tratar al individuo en su totalidad, considerando todos los aspectos de su salud y bienestar.

 

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