Tema 4. Influencia de los alimentos en nuestras emociones
Como hemos visto hasta ahora, nuestra salud con la comida está relacionada con los sentidos del gusto y el olfato y como intervienen las emociones en cuanto a nuestras preferencias y aversiones hacia la comida. También hemos descubierto que tenemos un segundo cerebro en nuestro intestino delgado que está compuesto por más de 100 millones de neuronas y que es capaz de regular nuestras emociones y el cual es muy importante que esté equilibrado ya que influye en nuestro estado de ánimo.
Es muy importante tener una buena salud intestinal, para ello, llevar una dieta variada y equilibrada y saber elegir qué alimentos son los adecuados es uno de los pilares fundamentales para esta buena salud intestinal.
Cada día, nuevas investigaciones confirman que la influencia de los alimentos que ingerimos es fundamental para el funcionamiento de nuestro sistema nervioso. A continuación enumeramos una serie de descubrimientos recientes que evidencian, una vez más, que somos lo que comemos.
Desde India nos llegan los hallazgos de los investigadores del Departamento de Farmacología del Government Medical College de Bhavnnagar, quienes han comprobado que los efectos de una de las especias más comunes en la comida indú, llamada Curcuma, son tanto o más eficaces que los del propio Prozac para tratar la depresión.
Por su parte, científicos japoneses encontraron que el plátano completamente maduro con manchas oscuras sobre la cáscara, produce una sustancia llamada “factor de necrosis tumoral” que tiene la capacidad de combatir las células cancerígenas. La enorme alcalinidad de esta fruta madura mejora las propiedades de los glóbulos blancos de la sangre.
Las proteínas contribuyen directamente a fortalecer la comunicación entre las neuronas y a crear neurotransmisores. Mirado con más detalle, el triptófano, un componente de las proteínas, favorece la generación de serotonina, asociada a la sensación de bienestar emocional, y de la melatonina, que regula los ciclos de sueño-vigilia.
La tirosina, otro aminoácido presente en las proteínas, estimula la secreción de adrenalina y noradrenalina, que, entre otras muchas funciones, influyen en nuestra capacidad para memorizar.
La metionina, presente en el trigo integral, la cebolla, el ajo, y las alubias, tiene, según se cree, un efecto antidepresivo; mientras que las almendras, las nueces, los huevos y la leche contienen ácido glutámico que facilita la concentración y el acceso al sueño.
También se ha comprobado que los hidratos de carbono que hallamos en las frutas, en el azúcar doméstico y la modalidad polisacárida, que se encuentra en la patata, el arroz y los cereales integrales, es la fuente de energía principal de nuestro sistema nervioso. En este caso, lo realmente perjudicial para el cerebro son las fluctuaciones bruscas de los niveles de glucosa, por ello resulta fundamental que su ingesta sea equilibrada.
El ser humano tiene una atracción innata hacia el sabor dulce, pero ¿a qué se debe?.
A continuación profundizaremos más sobre el origen evolutivo del gusto por el sabor dulce.
Comprueba tus conocimientos respondiendo unas preguntas
Plato nostálgico
Deberás pensar en un alimento que te traiga emociones positivas. Como un plato de la infancia o que te recuerde a un momento feliz.
Tendrás que recordar su aspecto, aroma y sabor.
Prepáralo o versiónalo.
Una vez preparado, deberás saborearlo concentrando en su sabor, aroma y textura.
Apunta en un cuaderno que sensaciones te ha transmitido y si ha logrado evocar algún recuerdo
Felicidades!
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